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Cuando cambian las estaciones, es importante nutrir adecuadamente su cuerpo con nutrientes para fortalecer sus defensas naturales. Es bueno comenzar temprano en el otoño y no esperar a enfermarse. Entre el estrés de volver a la escuela, el cansancio acumulado y los días fríos que comienzan, suele ser en este momento cuando el sistema inmunológico está en peligro. Por lo tanto, evalúe su salud y piense en lo que puede hacer para mantenerse en buena forma. Un buen lugar para comenzar es una revisión de su régimen de suplementos dietéticos. A medida que baja la temperatura y las noches se alargan, es fundamental prepararse para el invierno. En este contexto, nuestro equipo editorial te ofrece una selección de complementos efectivos que podrías considerar incluir en tu cura vitamínica,minerales y oligoelementos esta temporada.

Cura de vitaminas y micronutrientes para suplir tus carencias y sobrevivir al verano de transición - temporadas frías saludables

De hecho, la inmunidad funciona como un sistema finamente equilibrado para repeler bacterias y virus. Muy pocas respuestas y corremos el riesgo de desarrollar enfermedades autoinmunes como rinitis o psoriasis. Se ha demostrado que las vitaminas y los minerales desempeñan un papel en el apoyo a la función inmunológica óptima. Llevar una dieta equilibrada es la piedra angular de una buena salud, pero no siempre es fácil de lograr dada nuestra ajetreada vida laboral y el cuidado de la familia y el hogar. Por lo tanto, la suplementación diaria con múltiples nutrientes puede ayudar a lograr las ingestas recomendadas.

En verano, es fácil agregar color a nuestros platos: maíz amarillo, tomates cherry rojos y pepinos verdes de la huerta. El otoño también aporta su cuota de colores que embellecen el paisaje, pero ¿qué pasa con la calidad de nuestra comida cuando llega el frío? De hecho, así como algunos animales se preparan para el invierno, ¿por qué no aprovechar la oportunidad para iniciar una cura de vitaminas y otros elementos esenciales?

En invierno, nos falta energía, nos enfermamos con más frecuencia y somos más propensos a la depresión. De hecho, hay muchas razones para esto, incluida la falta de luz solar, la falta de movimiento, la mala alimentación, el estrés, las infecciones por influenza. Algunos suplementos dietéticos pueden solucionar estos problemas.

Vitamina C

La vitamina C es ampliamente conocida como vitamina antioxidante, que ayuda a proteger las células contra el daño causado por los radicales libres y el estrés oxidativo. Lejos de ser una cura para el resfriado común, este nutriente apoya el sistema inmunológico y, por lo tanto, puede reducir el riesgo de complicaciones adicionales y acortar los síntomas de las enfermedades estacionales y su duración. También es utilizado por el cuerpo para producir colágeno que promueve la cicatrización de heridas y también ayuda en la absorción del hierro que se necesita para transportar oxígeno por el cuerpo y prevenir la fatiga.

La vitamina C no se almacena en el organismo y, por tanto, el exceso se excreta, por lo que una ingesta diaria de 200 mg puede resultar muy valiosa en la dieta. Además, encontrarás la vitamina también en ciertos alimentos como el perejil, los pimientos, el kiwi, las coles de Bruselas.

Vitamina D

El cuerpo necesita esta vitamina para procesar el calcio e incorporarlo a los dientes y huesos. También fortalece el sistema inmunológico.

Especialmente en otoño e invierno, la suplementación es una buena idea. Normalmente, el 90% de la vitamina D que necesita el organismo es producida por el sol y es absorbida por la piel. El 10% restante proviene de los alimentos. Durante las estaciones frías los días no solo son más cortos sino que también disminuye la intensidad solar, así como la posibilidad de pasar tiempo al aire libre. El cuerpo produce menos vitamina, lo que conduce a la desnutrición. Por lo tanto, los expertos en salud sugieren consumir de 0,03 mg a 0,05 mg de otoño a primavera.

La investigación también sugiere que la "vitamina del sol" puede desempeñar un papel importante en la regulación del estado de ánimo y en la lucha contra la depresión invernal. Esta es una buena noticia porque muchas personas pueden estar más predispuestas a sentirse deprimidas durante los meses más fríos y oscuros del año.

De hecho, puede tomar un suplemento u obtener vitamina D de estos alimentos: arenque, salmón, yemas de huevo, sardinas, caballa, leche.

Cura de vitamina B

Este es un grupo de vitaminas solubles en agua conocidas colectivamente como el complejo de vitamina B. Este último incluye vitamina B1 (tiamina), B2 (riboflavina), B3 (niacina), B5 (ácido pantoténico), B6 ( piridoxina), B7 (biotina), B9 (ácido fólico) y B12 (cobalamina). Aunque cada uno tiene funciones diferentes, todos contribuyen al metabolismo celular y a la salud del sistema inmunológico.

Las vitaminas B a veces se denominan "vitaminas anti-estrés" porque son esenciales para combatir los efectos dañinos del estrés. Se utilizan para crear los neurotransmisores para sentirse bien responsables de mantener un estado de ánimo positivo y un sistema nervioso saludable. El papel de la vitamina B12 en particular es ayudarnos a combatir los sentimientos de ansiedad o depresión estacional durante los meses más fríos.

Las vitaminas B se encuentran exclusivamente en fuentes de proteína animal: carne, aves, mariscos, lácteos y huevos. En realidad, los veganos corren el riesgo de sufrir deficiencia de B12 porque es poco probable que puedan obtener cantidades suficientes de su dieta. Por lo tanto, se recomienda encarecidamente considerar la suplementación.

Las necesidades diarias de un curso de vitamina B pueden variar de persona a persona, por lo que es recomendable consultar a su farmacéutico acerca de la dosis.

Aceite de vitamina E

Si sufre de piel seca y escamosa en un clima más fresco, el aceite de vitamina E podría ser una gran adición a su rutina de aseo personal. Aunque no es un suplemento oral, este aceite proporciona una potente dosis de vitamina E que se aplica tópicamente. El nutriente a menudo se mezcla con otros aceites (almendra, albaricoque, aguacate, girasol, etc.) todos los cuales tienen una serie de beneficios para promover una piel sana. Además de ser un excelente humectante, la vitamina E es un antioxidante que protege la epidermis del daño de los radicales libres.

Magnesio

La temperatura tiene un gran impacto en nuestro estado de ánimo. El magnesio es un mineral que no nos permite caer en una depresión otoñal. Participa en más de 300 reacciones metabólicas en el organismo, contribuyendo así al mantenimiento de una buena salud en varios niveles. También es necesario para la formación ósea, el funcionamiento de músculos como el corazón y el cerebro, el control del estrés, el sueño y la ansiedad. Entre sus muchos beneficios para la salud se encuentra una mejor absorción de calcio, que mantiene la densidad ósea y disminuye el riesgo de osteoporosis.

La ingesta diaria recomendada para una mujer adulta es entre 310 y 320 mg de magnesio por día y para un hombre adulto entre 400 y 420 mg por día.

Calcio

Para las personas mayores de 65 años que son más propensas a sufrir fracturas de cadera y lesiones óseas, obtener el calcio adecuado es tan esencial como las vitaminas para garantizar una buena salud ósea durante el invierno. Pero no se trata solo de huesos: muchas personas no se dan cuenta de que este mineral también es crucial para regular la presión arterial.

Zinc

Este oligoelemento estimula partes del sistema inmunológico e inhibe el crecimiento de bacterias y virus. Además, ayuda a evitar que los virus se adhieran a las paredes celulares de la mucosa nasal y participa en la producción de anticuerpos, un proceso importante para la salud.

De hecho, a muchas personas les resulta difícil dormir durante las estaciones frías. Cuando el sol se pone antes, nuestro reloj interno se apaga. Para ayudar a mantener un sueño de buena calidad y equilibrar los niveles hormonales, pruebe los suplementos de zinc. La cantidad diaria recomendada para hombres es de 11 mg y para mujeres de 8 mg.

Ácidos grasos omega-3

Los ácidos grasos omega-3 son otro complemento fundamental durante todo el año pero especialmente en otoño e invierno. Estos ácidos tienen una larga lista de beneficios, que incluyen reducir la inflamación, estimular la función inmunológica y optimizar la función cerebral (aumentar la memoria y la concentración). Se recomienda tener una ingesta combinada de EPA y DHA de 500 mg por día para disfrutar de sus beneficios para la salud.

Además de sus útiles actividades en climas fríos, los omega-3 ayudan a quemar grasa, mantener el equilibrio de la tiroides, disminuir la presión arterial y reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular.

Además, quienes siguen una dieta vegana pueden obtener una cierta cantidad de EPA y DHA al consumir ciertos tipos de algas y otros productos vegetales.

En conclusión

Las vitaminas y otros suplementos no sustituyen a una dieta sana, la complementa. Hay muchas marcas de suplementos dietéticos en el mercado y, a veces, puede resultar difícil tomar una decisión informada. Por eso, pídale a su farmacéutico que lo ayude a determinar qué producto es mejor para usted en función de sus características personales: edad, sexo, estilo de vida, enfermedades crónicas, medicamentos que toma, presupuesto.

A continuación, se ofrecen algunos consejos para los suplementos de vitaminas y minerales:

  • Tómelos a diario según las indicaciones del fabricante del producto.
  • No tome más de lo recomendado.
  • Consúmalos con alimentos a menos que su farmacéutico le indique lo contrario.
  • Pregúntele a su farmacéutico si necesita tomar los suplementos en un momento diferente al de sus otros medicamentos, o puede reducir la absorción de algunos de ellos.
  • Elija un suplemento según sus necesidades específicas. Por ejemplo, puede elegir un producto que tenga más calcio, magnesio o vitamina D.

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