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En un artículo publicado en la revista Cell Reports, investigadores de la Universidad de Ginebra revelaron lo que estaba sucediendo con los ratones infectados con el parásito de la toxoplasmosis. Varios estudios ya han demostrado que los roedores infectados con el parásito Toxoplasma gondii tienen una atracción específica por los gatos. El importante descubrimiento mostró que la toxoplasmosis, al actuar directamente sobre el cerebro de un ratón, eliminaba cualquier sentimiento de miedo.

Toxoplasmosis: los investigadores revelan por qué los ratones ya no tienen miedo

Según investigadores de UNIGE, el parásito de la toxoplasmosis modifica drásticamente el comportamiento de los ratones, al colonizar el cerebro del roedor infectado en forma de quistes. De esta forma, los ratones pierden el miedo a los gatos, pero también se altera su comportamiento general ante la curiosidad, la ansiedad y el estrés. Hay varias hipótesis sobre cómo una criatura tan pequeña como el virus puede controlar órganos tan complejos como el cerebro. Uno de los más privilegiados considera que los quistes en las neuronas del cerebro infectado aumentan la secreción de dopamina. En humanos, se han observado correlaciones entre la toxoplasmosis y los impactos neurológicos, resultantes de los efectos de los quistes provocados por la inflamación del cerebro.

El objetivo del parásito Toxoplasma gondii es llegar al intestino del gato, único huésped en el que puede reproducirse sexualmente. Y, para lograr su objetivo, el parásito primero infecta al ratón. Al cambiar drásticamente su comportamiento, la convierte en una presa fácil. Una vez en el intestino del gato, su huésped definitivo, el parásito produce ovocitos altamente infecciosos que son expulsados a través de las heces.

La toxoplasmosis es una infección crónica persistente en su huésped en forma de quistes presentes en músculos y cerebro, especialmente en humanos. Se puede contraer al comer carne poco cocida, verduras de tierra y frutas mal lavadas, o al limpiar la caja de arena de su gato.

En los seres humanos, del 30% al 80% de la población está infectada. Pero es importante saber que la infección suele permanecer latente. El sistema inmunológico humano, salvo deficiencia, logra controlar la evolución de los quistes. La toxoplasmosis también es peligrosa para el feto si la madre contrae la infección por primera vez durante el embarazo.

Obtenga más información sobre el estudio de los investigadores de UNIGE visitando el artículo completo en el sitio web de Cell Reports.

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